Que uno gane o pierda no parece que sea lo más importante, hablando de política, y de cualquier otra cosa. Si miramos dentro de nosotros, si nos ponemos en frente del espejo – el que no miente – parece que aceptar una derrota no es tan sencillo, pero nos ponemos el antifaz de que, de alguna manera, hemos ganado. Después de haber soñado con las glorias del triunfo, con los laureles de la inmortalidad, los resultados de la batalla nos dejaron más heridas sangrando que al que luchaba con nosotros (o contra nosotros). Ganar es algo en lo que iba nuestra vida en papeles de hipoteca; no tuvimos en cuenta el amargo que al perdedor tiñe de pura pérdida. Y cuando la realidad de la victoria ajena nos empapa de decepción, pensamos que perdimos el mundo entero, porque por él estábamos apostando. La bandera victoriosa se pasea por la calle haciendo el ruido suficiente para que todos los perdedores se enteren de quien ganó. Parece que has ganado más si ves la cara de tu enemigo derrotado. ¿Qué tiene esto de ganar que nos hipnotiza hasta creernos poseedores de verdades absolutas? Zumban las abejas en los oídos de la huida derrotada y sin energías; que nos hacen pensar que no merece la pena tanto esfuerzo para, por ejemplo, una simple alcaldía.
“Tanto esfuerzo tirado a la basura en poco tiempo. No puedo más. Si me retiro ahora, descansaré. Zumban otra vez en los oídos las abejas. Bañado en sudor innecesario. Ñoño me siento, es decir, caduco, apocado. Tonto de mí, que pensaba que hacer política era andar sobre caminos allanados. Kilómetros recorridos por miles de plazas. Huidas disfrazadas de retiradas a tiempo. Ñoño me siento. Y aunque la derrota me ahoga y me seca la boca, y me retira las palabras que tanto me dieron en otro tiempo, no me rindo por perder una batalla, que continúa la guerra. Kilos perdidos de mi cuerpo y regalados a otros que ganaron el alimento de mi bandera. Voy a renovar mis votos – nunca mejor dicho – y voy a seguir en la lucha. Que no hay pérdida que me ate ni energía que yo no invoque para luchar por lo que quiero.”