Barniz de protección


Singin In the Rain (From "Singin In The Rain") (Extended LP Version) - Gene Kelly

Es primavera. El sol calienta el rostro sin malos tratos. El rosal te besa el olfato; una sola vez. este año las margaritas se abrazan a las tablas de madera. Madera cansada del invierno sin fin, agrietada la carne, encostrada la piel del año pasado, huído el brillo como si lo hubiera regalado a la luna de Octubre; triste la cara de madera triste, rotos los ojos de los nudos rotos.
Con una lija acabo de arrancar los trozos de piel de serpiente que le quedan. El vaivén del papel de hierro tira al suelo del olvido los días de nieve, sin niños jugando alrededor, sin barbacoa fumando el carbón masticado, sin el aliento de los perros del vecino. Ya no está. La dermis de pino está lisa, como virgen, sin huellas, sin pasado, pero aún triste, muda. En la lata de dice: "Barniz de protección para maderas de exterior". Y yo leo:


Barniz de vida,
brillo de primavera,
bronceado especial acariciado,
caricias de oleaje,
olas de miel,
miel para tu nuevo traje.

Jugo de la alegría,
aceite que impregna y renueva,
desorden en la carpintería,
esencia de bienvenida,
medicina,
camisa color canela,
olvido de lo lijado,
de lo olvidado.

Espejo de la Vía Lactea,
mirilla del jardín,
reloj sin pilas, sin cuerda, sin arena,
cuerda de flores sin fin,
mantel cristalino,
modestia de postín.

Barniz que llora lágrimas de barniz,
antifaz invisible de madera,
frontera,
tablas con cicatriz.


Termino de dar la capa de barniz y me quedo contemplando la sonrisa de valla recién pintada como si fuera la primera vez que la veo. Ya tienes piel para otro año. El viento en mi espalda empuja un trozo gris del cielo y silba como Gene Kelly en "I'm singing in the rain". Me voy. Voy a por barniz para almas de madera.

Sigüenza


Greensleeves - Henry Mancini




Si un fin de semana largo se te hace corto.
Si descubres dónde inventaron el verde en una curva de un camino estrecho.
Si caminas por donde las piedras hablan de otra época.
Si te refugias del tiempo en un castillo y los dragones te atacan disfrazados de niños.
Si duermes hasta que el sol te clava las rodillas en la barriga.
Si te pierdes en un laberinto de calles iguales en encanto, donde la entrada es cualquiera y no es cualquiera la salida.
Si el frío de la mañana enfría hasta el mediodía, calienta la tarde y caldea la noche.
Si la memoria de tu cámara de fotos se llena de rincones y esquinas, pero no se llena la memoria de tus fantasías.
Si las tapas saladas saben dulces, las salsas saben a história, el vino a carcajadas y el camarero te sigue la broma porque le gustaría ser un poquito andaluz.
Si desde el balcón más alto que se asoma a la naturaleza te sientes muy pequeño porque un ave gigante que vuela sobre tu cabeza te dice que no eres pájaro y que nunca lo serás.
Si vuelves cansado pero te sonríes a ti mismo cuando recuerdas a solas...

Has estado en Sigüenza, y además no ha sido un sueño.

América

Hoy va por América. La de Neruda y el Ché, la inmensa en su selva, la infinita en su océano, la lejana, la de la tienda de la esquina, la que nos llama Madre Patria mientras nosotros hacemos de patria madrastra, la de las epidemias, los terremotos y las tormentas, la de los tangos, los boleros y las guarachas; la de las ONG’s, la que hace política en las plazas y avenidas tirando piedras a los antidisturbios, la que viene a mi casa en las tazas del café, la que tiene un rico por cada millón de pobres, la emigrante, la emigrada; la del perfume de un cigarro, la del color del tabaco, la que prefiere un populista de izquierdas a un populero harto de plata, la descubierta hace cinco siglos aunque existía antes, la sometida, la católica por cojones, la supersticiosa de rituales ancestrales heredados, la que recoge el sol de mis tardes para sus mañanas, la tropical, la del sol helado de frío, la bolivariana sin pedirlo, la turística, la que ve las estrellas que no se ven aquí, la colonial, la colonizada, la montañosa, la llanera, la poetisa, la musical, la sabrosa, la olvidada, la futbolera apostólica y romana, la de civilizaciones borradas, la de la cultura impuesta, la iluminada a oscuras, la misionera, la Lula, Morales, Chávez, Bachelet, Lugo, Correa y otros indígenas elegidos para gobernar al pueblo desde el pueblo, sin escalones que los eleven por encima de la bandera; la América más del sur que el cielo del sur.
Hoy va por América. La de Alicia, la de Kt, la de Mariel, la de Mucha, la de Eugenia, la de Señales de Humo, la de Borrasca, la de Carlos, y la de tantos que demuestran cercanía sin otra intención que mostrarse cercanos, sinceros. Hoy va por América la revolucionaria, la de las caderas anchas, la de los sabores que no he probado sin etiqueta de importación, la de las guerrillas libertarias, la de los eclipses de alimentos, la de la etnia andina, la de los bosques incivilizados, la superpoblada, la mestiza, la mezclada, la del Orinoco, el Amazonas y el río de la Plata; la del subdesarrollo, la de Maradona y Pelé sin sustituto, la de la religión de la abuela, la que usan los artistas españoles para vender discos, la que usan los políticos españoles para dorarse el pecho de medallas, la del me gusta cuando callas porque estás como ausente en la boca de Pablo, la que dijo “me engañan y yo debo ser la cruz y los clavos” en la boca de Jorge, la que dice Gabriel que confunde los síntomas del amor y del cólera, la que pone un reflejo de la luna en los zapatos de baile, la del mapa al revés, la de la cara quemada por el sol, la intensa, la constante, la que se levanta a deshoras, la que me he encontrado paseando por mis renglones.
Va por ti América. Que nadie te diga que no sabes desfilar; si tú das clases de baile. Que nadie te diga lo que tienes que hacer. Canta hoy, lo demás no importa.

Me gusta poner el mundo al revés. Quizá sea esa su posición correcta.


Sonríe




Si haces equilibrios en las agujas del reloj y tropiezas con el segundero,
Si no sabes qué decir porque los que no dicen nada no paran de hablar,
Si me ves sonreír y no sabes por qué, sonríe.


Si tus enemigos te envían las palomas de la plaza para que te caguen la camisa,
Si piensas que nadie te mira, y que todos te ven,
Si eres muy mayor para ser joven y muy joven para ser mayor, sonríe.



Si el médico llama trastorno intestinal a los calores de la primavera,
Si llegas a la playa y te encuentras que han puesto montañas delante,
Si la corbata de otro te ahoga a ti, si la comida de otro te da hambre, si los lujos de otro te dan envidia, sonríe.



Si en tu religión ya no cree ni dios, si estás solo en una manifestación,
Si el frío te cala los dientes postizos, y el calor de un beso te quema en los labios,
Si tu vecino cuida a sus perros como a personas mientras ve corridas de toros en la tele, sonríe.


Si el espejo te dice gorda y tu padre anoréxica,
Si te lavas con la grasa del taller y te perfumas con el sudor,
Si tu cabeza necesita un traductor cuando habla el corazón, sonríe.


Deberías sonreír,
Esto son cosas que pasan.
Que nadie te hace vudú.
Y si te pasan a ti, y no te da por reír,
Ni tu vida está de guasa,
El que se pasa eres tú.