Nuevos tiempos

El café, cuando es de noche,
me enternece, me acomoda.
Este ruido de tripas,
esta inquietud en las venas
me abren una ventana
por la que nada se ve.

Mil preguntas tan iguales
como mil noches calientes.
Pan y trabajo en la calle
grita el hombre desgraciado,
yo pido un trozo de mar,
yo quiero calmar mis tripas,
tu pides trabajo y pan.

Cuando se quema la calle
y la hierba sigue verde
me pregunto quién se quema,
me contesto quién se muere.
Hoy han ardido papeles
y la piel huele a carbón;
cuando se enfría la ceniza
nace una revolución
de las tripas, de las voces,
de los brillos de los ojos.

El café abandona el humo
y el hombre abandona el rostro;
el hombre nace de nuevo
el hombre aprieta los puños
el estómago y los dientes,
el hombre nace de nuevo,
nace, y llora, y nace.

Los dos oprimen el pecho
como los fríos nocturnos,
los dos me hielan las manos,
los dos cruzan la mirada.
El orgullo y la humildad
han levantado una plaza
que está a punto de caerse;
quizá una plaza rebelde
pise el suelo que pisamos.
La humildad, si va descalza
se acorrala silenciosa
y se levanta enfadada
cuando le aprieta el zapato.



Ilustración para el poema de Eric Moisy.

Y bailan los oprimidos
sobre la estera ya sucia
y callejera, ellos bailan.
Están hablando de libros
y herramientas de trabajo.
Si no hablo, estoy pensando
y sin pensar, el silencio,
porque si callo es que siento
que derrumbo una frontera,
que está cambiando ese viento.
Los privilegios de sangre,
la educación sin vergüenza,
los bastardos del cinismo;
si me callo es porque siento
que se acerca otra batalla,
que está empezando este viento.

Han mentido los espejos
aunque los libros no mienten,
es el lector embustero
el que ensucia los papeles,
el que mancha las palabras,
el que miente como ignora.
Revolución y cenizas,
quizá sangre sin camisa
puño arriba, ¡voz en alto!
caen los muros de la calle,
la ciudad arde y el campo
brota de nuevo en canciones.
Revolución, ¡voz en alto!.
Quizá sea el mar esa tierra
sin fronteras que buscamos.

Safe Creative #1202261197348