Siempre pensando


El ser horizontal y silencioso
No es aquel que renuncia a la batalla;
Mirad el mar y a sus leves susurros
Siempre luchando con sus tripas marinas
En la tranquilidad, en la constancia.



Esa respiración, salino aliento,
Esas ancianas cejas vigilantes
Que se dejan llevar domesticadas
Por los bailes del viento y de la luna
A una muerte segura y merecida
En las uñas de arena de la playa.

Viene la eternidad tan repetida
Cada vez que una ola coge aire
Que no parece eterna, sino breve.
Viene la eternidad y se va el tiempo,
Y se va, y se va, y se va el tiempo.

Y un nuevo tiempo llega tan desnudo,
Como el mar, sin raspón que lo sostenga,
Tratando de inventar de lo inventado
La necesaria armonía que crea el caos.

Y observando la tragedia de las aguas
Me voy haciendo un ser horizontal
Y silencioso; leve como el líquido.
Sonriente niñez que se renueva,
Que se quita el abrigo aunque haga frío,
Que me abandona y vuelve, y me abandona.
Y en esa lucha estoy: siempre pensando.