
Ted Hughes. Poemas desapercibidos.

Fatena Al-Gurra. Poemas desapercibidos


"Me iré lejos, allá donde el desierto me grabe sus himnos de agonía
en la palma de la mano
y donde las mujeres que perdieron su tiempo ante el fuego de arcilla
maquillen mis mejillas con aceite de amor
me iré hacia ti como un espacio que vive en el exilio de su cuerpo."
Para ir de Pablo Neruda a Rubén Darío se pasa por Juan Gelman

El caso es que, como no tengo nada que aportar que venga de mí, como seguramente mis tripas están ahora analfabetas, olvidadizas, vegetativas, dejo aquí una casualidad maravillosa: Leyendo un libro de poemas de Neruda editado en 1943, encuentro en medio de sus páginas un poema manuscrito dedicado a Darío y a alguien que “ama a la poesía”; está fechado en Julio del 66 y acompaña una foto de la época hecha en un "Hotel y Bar" del Mar de Plata 23328. Con esta casualidad sin descifrar, pues no sé quién es el autor del poema, me quedo pensando que quizá no haya tanta distancia entre Nicaragua y Chile, entre el Chile zaleado de hoy y el Mar del Plata del 66, entre Juan Gelman y un libro amarillo editado hace 70 años. No ha pasado el tiempo, aunque los años hacen de cada calendario una hoja de otoño; pero en lo esencial, no ha pasado el tiempo; en lo esencial, no hay distancia.

Dice Juan Gelman: “Las maravillas y miserias del amor… el amor a la poesía, a la madre, a la belleza,… la muerte me enseñó que no se muere de amor, se vive de amor.”
Sigo durmiendo, soñando.