Inspiración

Quién me diera una musa de fuego que os transporte al cielo más brillante de la imaginación; príncipes por actores, un reino por teatro, y reyes que contemplen esta escena pomposa — William Shakespeare.

Llevo dos días corriendo detrás de la inspiración. Se me está mostrando juguetona y escurridiza. Se asoma sonriente, y cuando creo que su intensidad luminosa es bastante para encadenar un par de ideas, se pierde burlona por detrás de mi cabeza. Este juego me inquieta y me hace sentirla cada vez más lejos. Si voy hacia el sol, ella es la luna; si me dejo invadir en la tranquilidad intensa de un café, ella no está en la pequeña dosis de azúcar como otras veces ocurrió; si busco un micro relax echando mano a la caja de cigarrillos, ella no es la llama que lo enciende, como otras veces ocurrió. Cuanto más la buscas, más grande es la decepción; y es que la necesito. Tengo que llenar de sensaciones una columna. Y no me vale cualquier estupidez política o lo primero que se me venga a la cabeza sobre estas vacaciones: si va a llover o no, si va a disminuir el número de muertos en la carretera… ¿dónde estás?

La inspiración es una ventana, pero hoy está cerrada; es un espejo, pero hoy está roto. La inspiración es un motivo. Eso que, sin necesidad de nombre, da temperatura a la sangre y mueve los pensamientos hasta que encuentras algo en el desorden interior digno de ser compartido con los demás. La inspiración debería ser un adhesivo en la piel, de manera que no hiciera falta buscarla, sino que estuviera siempre dispuesta a regalarte algo nuevo que inspirar. La inspiración es una mujer, de eso estoy seguro; aunque no sé explicar por qué – me falta inspiración para hacerlo – y si fuera un hombre, lo sería en función de las mujeres que conoce. La inspiración es la musa de la felicidad que impregna cada palabra de verdad (mejor dicho, de Verdad). La inspiración es una melodía que agita tus adentros y que va construyendo el camino entre una fotografía archivada en la memoria y las letras que estás leyendo.

Pero hoy la inspiración es una niña pícara jugando a taparme la boca con esparadrapo. Le guiño un ojo desde lejos y creo que la metí en el bote, pero no. Estoy cansado de buscar, la respiración y el pulso son anormales. Seguramente se ha ido con otro, haciendo de su libertad mi esclavitud, mi eterna dependencia. Hoy no tengo inspiración. Será la semana santa. Digo yo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

hola papi, he visto tu pagina y me ha gustado mucho, vi el dibujo de tu mascara y me acorde que lo habia visto antes. un besito, papito.

elbuenaviador dijo...

Mi inspiración ahora está de vacaciones, tan dispersa como mis sentidos...y es que hay veces en que cada uno de esos sentidos va en direcciones que es imposible conjugarlos para ir a algún lugar.
Saludos

Danna y Darío dijo...

Pensábamos que esta Semana Santa habías vuelto a volar como es costumbre en tí. Este comentario nos sorprendió, en cualquier momento podemos tener un vacio de inspiracion o de sentido común... que esto no nos dure...ya sabes donde estamos.

Un besito azul.

El antifaz dijo...

Bueno, bueno, no pasa nada. Un poquito de calma, y cualquiera sabe por donde puede venir la inspiración. La semana que viene os ayudo un poco a encontrarla.

Gracias por vuestras visitas.

Abrazos para todos. Para Marta el besito azucarado que ella me da cada día.

Anónimo dijo...

Inspiración...¿ qué es la inspiración?...¿ nos falta a veces?...pues mal vamos...ya sabeis inspirar y expirar, imprescindibles ¿verdad?
Gracias por permitirme el guiño.
Un beso

Carmen Palacio dijo...

Eso de que nos falte inspiración creo que nos pasa a todos pero estoy segura de que cuando falta es porque la próxima vez que asome lo hará con mucha fuerza.
Sin embargo yo hoy estoy inspirada y feliz porque unos amigos que tengo en Martos vendrán para el concierto de Miguel Bosé el 16 de junio en Valencia, ¿les conoces? Si si a disfrutar de "Papito", como dice Marta.