Muchas veces, más de la cuenta diría yo, me empeño en ordenar mi vida. Piensas que el escritorio es un espejo de ella: lleno de papeles del banco, de folletos de publicidad inservibles, de dibujos de los niños, de notas sobre futuros post o simplemente notas que no sabes hacia donde pueden progresar. La conciencia – esa voz que tiene tu mismo tono pero que a veces no reconoces como tuya – te dice que ordenes un poco la mesa. La foto de tu vida habla a través de la mesa, o de cuánta suciedad más soportan los esterillos del coche. Pues no. A partir de ahora trabajaré en desordenarme. Me cansé de trabajar para la vocecita que no explica nunca nada.
Me desordeno cuando me voy de viaje y justo llego al hotel, y deshago la maleta, y cuelgo la camisa de mañana, y preparo la reunión… y suena el teléfono. Me desordena esa voz del teléfono que no dice nada aunque gaste miles de palabras en contar cosas, o que dice tanto en una sola frase. Me desordeno porque el verano es el anfitrión del desorden; el tiempo se cuenta de otra forma, lo que habíamos previsto para cenar se anula, me encuentro con alguien, y – ya lo he dicho antes – el tiempo se cuenta de otra forma, o simplemente, no se cuenta. Qué disfrute de desorden. Es como si hubiera una ley a cerca del orden, y la pudieras infringir sin que nadie te multara.
Me desordeno porque voy siempre nadando entre papeles, escribiendo ideas susceptibles de marcharse de mi cabeza, y los mezclo, y los confundo, y los pierdo. Y si hay alguien que pone desorden en tu cabeza, tanto mejor. Alguien que no te hace caso, aunque dice que te quiere, alguien que pasa de la risa al llanto en dos segundos, alguien que trata de heredar, sin saberlo, tus propias palabras y tus mediocres enseñanzas. Alguien que desordena tus planes, tu agenda repleta y la cocina de tus versos. Alguien con mirada infantil y con manchas en la ropa, alguien que cambia el concepto de desorden, que le gusta jugar con el fuego sin saber cómo se juega, porque nunca se quemó. Alguien por quien trabajarías un año para sacarle una sonrisa. Alguien que me contagia la anarquía voluntaria de sus actos.
Ya no juego más a ordenarme. Desde hoy detesto el orden. Me dejo llevar por los que me desordenan. Felicidades niños… un año más.
11 comentarios:
Hace mucho tiempo que dejé de ser ordenada, excepto cuando me provoca. Si el motivo de tu desorden viene con risas inocentes, caritas traviesas, juegos inagotables, abrazos, besos y dulzura, entonces sé un eterno desordenado que para ordenado el amargado (que lo digo por experiencia propia)...
Hoy los besos son para tus nenes.
La perfección tiene nombre de ángeles y yo sé como se llaman.
Me gustó como lo enfocaste, y ver el final.
saludos
Suerte en tu desorden, es algo que te envidio solo porque no podría vivir así necesito hasta en lo más diminuto el orden y la limpieza y un orden tan minucioso en cuanto a la estructura del lugar que hasta llega a ser molesto cuando veo que algo no "encaja" como debería pero es en cuanto a los objetos. Con las personas es diferente, ya que en eso no hay lógica la vida no es lógica solo en cuanto a los objetos y las ciencias puras.
Saludos
PD: Et deoesrdn edjo alog ed
Genial el ritmo... me gusta tu desorden.
Cinco besos... por orden
Por cierto ¿te has enterado que han secuestrado la revista El Jueves?, estoy indignada, tanto luchar por la democracia y la libertad para ésto. ¡Que vergüenza¡
Resulta que aquí la monarquía sólo la tenemos para darles buena vida, pero a la hora de criticar o simplemente poner una viñeta, llega un juez y de un plumazo, se pone por montera 25 años de libertad de expresión. Perdona pero es que estoy indignada. A lo mejor me cierran a mi también el blog, porque he puesto la foto a todo color.
Un beso
O SEA Antifaz... matas de infarto con tus cosas. DE VERDAD!
Qué bellos son los niños ♥
Besos para tí y para ellos.
Saludos ;)
Dejate llevar...la naturaleza es caos!!!! ;)
Ademas, estarás mas guapo desordenado, seguro! :P
Besos
Quién? Qué? habita detrás del antifaz?
Una sola será mi lucha
y mi triunfo;
Encontrar la palabra escondida
Aquella de nuestro poeta secreto
A pocos días de terminar la infancia...
Stella Díaz Varín (Chile, 1926-2006)
BELMAR
el orden lleva al deskicie, de pana... y con los niños, es super ser desordenado, porke ellos son asi por naturaleza, aun no son concientes de el orden de la vida y del tiempo, simplemente viven... y ese estilo ed vida, es mas sabroso de lo normal... pos lo digo pq lo vivo! y me encanta!! bsos
tremendo post!!
Desorden, risas, desorden juegos, desorden e imaginación, puro desorden ordenado,... que bien queda el puzzle cuando las piezas se encajan de esa otra manera, cuando los soles son "rosos",que rico un bocata de jamón y gusanitos, cuando te dejas modelar por el orden de los bajitos,
Gracias por ayudarme a crear este desorden.
Un besito
Me has hecho soñar, sonreír... ¿Sabes? Me paso al desorden; compensa mucho más que el rígido orden.
besos.
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