Verano. Sueños al sol, insomnio nocturno; duchas rápidas, baños salados. Juguetes de verano, camisetas de verano, recuerdos de un amor de verano. Canciones de verano, insectos, cremas para la piel dolorida. Achicharran los sonidos del verano. El calor se filtra hasta dentro y corta la respiración nocturna. Recuerdos de otro verano. Siestas largas, cortos sueños. Cubitos de hielo y fiestas de verano. Sombrillas, tumbonas, amores que duran lo que dura un verano. Viajes, ausencias, reencuentros, tintos de verano. Estrellas fugaces, fugaces deseos. La piel fresca y vagabunda en las noches de verano. Ladrones al acecho, que roban todo lo que pillan al sol descubierto. Paisajes premeditadamente derretidos, derretidos pensamientos. Azul invencible, azul marino, azul celeste, azul eterno azul.
Vestido de tirantes, chanclas para los pies que no andan ya ningún camino. Te regalo un diamante, de quilates el sol que hoy sí ha venido. Explosión de verano en mis adentros, hace tantos veranos que no te escribo un cuento, que contar un verano más no quiero. Que calor más grande, que no aguanto; el ahogo que ahogarme quiere de calor inaguantable, me hace ver el oasis del otoño inalcanzable. La luz que ciega los ojos, tapa los reflejos de luz de aquel verano sin paisajes. Y cuando el sol se acuesta en el invierno de un país lejano, brillan más las miradas de esta parte del verano. Oxigeno quisiera para dormir más tiempo, oxigeno hay en la mañana fresca antes de que Lorenzo, de calor clave sus flechas. Tanto se llega a arder en un solo estío, que a veces, en verano tengo frío. Bailes de salón al aire libre, en el salón libre de aire bailan los pudientes; bailes de barcas sin alma, que con el alma pagaron esas gentes, una plaza en la barca de la muerte, para jugar con la luna y la suerte, de poder al fin cambiar de continente. Bailes de sudor, baños de sol. Toallas extendidas en el suelo, que son alfombras que un pensamiento usa para subirse al cielo. Besos de amor veraniego que aprietan el calor entre mis brazos, tangos de Gardel vestidos de verano, que aprietan el amor acalorado.
Turistas perdidos y curiosos, preguntan por las sombras de un verano visitante. Turistas de VISA y souvenir, que compran el otoño amenazante. Hoteles repletos, me voy, me pierdo, me tomo un tiempo. Que con este calor no vivo, que con este sudor no sé ni lo que escribo.
10 comentarios:
Sí que lo sabes.
Hablas del caló primo!.
QuéangustiaCagontóloque semenea!!!
Y en Jaén ni te cuento. Yo un verano saltaba a la par que las chicharras.
Que me invitaron a tomar sangría y salí de allí duchá con ella.
Qué caló primo!!!
Muchos besos,
es un placer leerte.
;)
Y encima, la guerra con los/las del trabajo por el aire acondicionado.
Que calor...
Verano = sol y tábarros
Mañana la rubia la quiero bien fría
d'accord?
Todo el verano metido en unas líneas.. El tórrido calor que hace languidecer, brisas marinas que refrescan como pueden, Lorenzo cargando entre bufidos sus calderas, baños de sudor, humedad y agüita del mar, tintos de verano, trajes de tirantas, amores fugaces, fugaces y brillantes como las estrellas que alumbran sus cortas noches, que nosotros alargamos en un intento de vivirlas con intensidad...
hasta los turistas estaban... Solo encontré algo a faltar: la orquesta que ameniza las noches dulces de verano, las orquestas de los grillos.
Besos, Antifaz.
Acá la mitad del año el clima es muy parecido al verano y la otra mitad es lluvia... a de ser por eso que mi coco ya está seco, mucho sol durante el año!
Anda a disfrutar de las buenas playas!!!!
Besos, Anti (de cariño)
Pero a veces somos extraños ante nuestra propia mirada...
"El ser deja de saberse extranjero
dentro de aquel cuerpo flagelado
y se repliega para alcanzar su fin."
( Desde "Palimpsesto" )
BELMAR
excelente texto.
Un hermoso retrato del verano... casi me da calor. Gracias por tu visita. Un fuerte abrazo,
V.
Pues lo que escribes es maravilloso, traspasa las cuatro estaciones, penetra con calor tu ritmo y tus letras.
Beso
Calor, calor pasé en Cuba. El calor más grande no era el del sol con esa humedad tremenda de mi isla sino el de mi familia, mis amigos de toda la vida. La felicidad de mi hija que durante los 20 días no volvió a usar zapatos y les proporcionó a sus abuelos las risas más alborotadas. Por las noches mi madre le tocaba el tambor y mi hija a ritmo de rumba nos deleitaba a todos.
El calor se sofocaba con una cerveza Bucanero que te ponía más que contenta. Lástima que sólo la puedan saborear los que llevan divisas.
En fin ya estoy otra vez leyendo, aún no me he puesto al día.
Un beso
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