Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pe dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.
Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.
Si cantan, es ti que cantas;
si choran, es ti que choras;
i es o marmurio do río,
i es a noite, i es a aurora.
En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras
negra sombra que me asombras,
ó pe dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.
Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.
Si cantan, es ti que cantas;
si choran, es ti que choras;
i es o marmurio do río,
i es a noite, i es a aurora.
En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras
Rosalía de Castro.
Si existiera dios tendría que venir del mar, porque no hay sitio más profundo ni más ancho, ni más loco ni más intenso, ni más misterioso ni más fuerte, ni más astuto ni más libre, ni más secreto ni más cárcel que el incontable azul.
A los hijos del mar se les agrieta la cara como recuerdo de antiguos maremotos, furia de los dioses; se los llama lobos de mar a los que entraron en su templo inexpugnable. A los que no somos hijos del mar se nos llama turistas, marineros de agua dulce, grumetes de tierra adentro, porque no sabemos de la verdad de Neptuno ni del cantar de las sirenas. ¿Qué no?
Encontré en Galicia el final de la tierra, donde siglos atrás se acababa lo que podía escribirse con la mirada y se encontraba el principio de leyendas e imaginación supersticiosa.
Encontré en Galicia un gallego que vive en el mar, que come del mar, que mira al mar lanzando flechas como signos de interrogación. Encontré un gallego sin patria, un gallego sudamericano, un gallego ateo, un sin atar de Galicia, un gallego que creía en el mar; y ese gallego era yo: el recién llegado, el inminente huido.
Y entre el mar y el cielo, y el viento y el sol, y las distancia y la mirada, y mi garganta y mi fe, pusieron la muralla de un castillo para que pudiera seguir creyendo en ti sin haberte visto, dios del mar.
A los hijos del mar se les agrieta la cara como recuerdo de antiguos maremotos, furia de los dioses; se los llama lobos de mar a los que entraron en su templo inexpugnable. A los que no somos hijos del mar se nos llama turistas, marineros de agua dulce, grumetes de tierra adentro, porque no sabemos de la verdad de Neptuno ni del cantar de las sirenas. ¿Qué no?
Encontré en Galicia el final de la tierra, donde siglos atrás se acababa lo que podía escribirse con la mirada y se encontraba el principio de leyendas e imaginación supersticiosa.
Encontré en Galicia un gallego que vive en el mar, que come del mar, que mira al mar lanzando flechas como signos de interrogación. Encontré un gallego sin patria, un gallego sudamericano, un gallego ateo, un sin atar de Galicia, un gallego que creía en el mar; y ese gallego era yo: el recién llegado, el inminente huido.
Y entre el mar y el cielo, y el viento y el sol, y las distancia y la mirada, y mi garganta y mi fe, pusieron la muralla de un castillo para que pudiera seguir creyendo en ti sin haberte visto, dios del mar.
19 comentarios:
Siento respeto hacia mar... me gusta contemplarlo nada más, sin profundizar en él.
Besos azules Anti (de cariño).
El mar y sus inexpugnables fuerzas me atrae y me repele, me relaja y me excita, es una dualidad que solo puede hacerla un dios, sin duda...
Igual si es cierto que hay dios, y es marino...:))
Besos pirata!
Galicia tiene un encanto especial. Algo que te atrae como las sirenas atraían a Ulises. Su mar. Sus prados. Su gente.
Precioso escrito, Antifazz.
Un beso rapaciño.
El mar de Galicia es muy especial. Frío, frío, frío. Me encantan las aguas heladas del Atlántico gallego.
Besos de Princesa
No he estado nunca alli pero es uno de mis viajes pendientes. Espero muy pronto poder contaros cosas de tan bella tierra.
Un saludo.
El mar y Galicia, con esta combinación me arrebatas.
A pesar de ser la primera generación de maños en mi familia...tanto por padre de madre y padre son gallegos..y con mucha cultura gallega..y a mi Galicia y el mar me embelesa.
Un abrazo marinero gallego!!!
El mar es mágico al igual que Galicia. Creo que todos tenemos algo de gallego. Salud¡¡¡.
Por cierto el gallego es una lengua preciosa . Me encantó el poema.Salud¡¡¡.
Kt.: Profundiza niña, profundiza. Ya verás. Besos azules... guau!
BELEN: No tengo más dios que el mar, ni más templo que mi barco, ni más oración que el sonido de las olas, ni más fe que vivir lejos de tí e imaginar que estás ahí...esperando. Besos Belén.
MALENA: Es cierto. Galicia es atrayente, diferente, distante, elegante, envolvente, y según la mires, contraproducente. Besos.
LETIZIA: Claro, allí viste a tu príncipe salir del mar mientras tu dabas la noticia del hundimiento del Titanic gallego. Besos.
PLASOARIS: Es muy recomendable este viaje. Déjate llevar por el paisaje interior y por la costa. Disfruta de la comida y de la gente... Ya nos contarás. Saludos.
PALMOBA: Bueno, yo no tengo familia en Galicia, tan solo a dios bañándose en el océano. Pero me gusta igualmente. Besos.
CALLE QUIMERA: El gallego es un portugués refinado, es un castellano oscuro, es un misterio con la puerta abierta. A mí también me gusta ese acento. Salud.
Bueno yo con un antifaz así, sufro y rio lo que haga falta!!
Mas besos!!
Qué bonito, te nacen muy de dentro estas letras verdad?. Se nota. Un preciosismo las adorna.
Mil más
Como dice mi compñaero, todos tenemos algo de gallego, al menos quien siente el mar como el líquido amniótico donde flota su alma, del que ésta se alimenta.
No, no hay que ser de Galicia para ser gallego cuando se lleva el mar en la retina del alma.
Besos, poeta.
PALMOBA: Para eso estamos; para reir y llorar. Mejor juntos que a solas. Besos.
CALMA: Así estaba el mar, como tu nombre. Así nacieron las letras, como las tuyas. Besos.
CALLE QUIMERA: Eso es. La sal se huele desde aquí tan lejos, sólo con cerrar los ojos. Besos.
Yo estoy enamorada de Galicia. Siempre he pensado que los gallegos tenían algo especial y ahora descubro que con ese mar que tienen no puede ser de otra manera. Creo que cuando la doctora me vuelva a mandar ansiolíticos le diré que mi el remedio de mis males es un viaje a Galicia.
Nos vamos otra vez, yo pediré la habitación 201???
CARMEN: Si organizas tú el viaje puedes pedir la habitación que quieras; sino, yo te la reservo. Besos... y a Lucía también.
Yo tengo esa misma foto. Las puestas de sol que se contemplan desde Baiona son alucinantes. Bonita Galicia, sus pueblos, ciudades y paisajes, con una gastronomía que... mejor probarla. Lo discordante de mi estancia en Galicia fue un gaitero en la Plaza del Obradoiro que al hijo p... parecía que le habían dado cuerda. Era omnipresente como Dios. Estaba a todas horas tocando la gaita a cien metros de la habitación de mi hotel y no veas como molestaba a algunas horas.
MANOLO: Yo durante el viaje iba escuchando a Hevia y Carlos Nuñez. Claro que cuando yo quería lo quitaba, no como tu gaiteiro.
Gracias por pasar por aqui.
Antifaz yo durante el viaje iba escuchando carnavales. Lo sé... soy un hartible, ¡qué le vamos a hacer! Además se me olvidó la música celta en casa.
Galicia tiene, además de ese mar revuelto, profundo e indómito, algo que siempre que he ido por allí me ha atraído y calmado poderosamente : su color verde, ese abanico de verdes tan tranquilidazor que logra hipnotizarme y darme algo de paz interior
Un beso
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