Catálogo de Hadas. Final.

Os dejo el último capítulo del cuento. Habíamos dejado a los niños en la tienda donde querían comprar un catálogo de hadas, pero no tenían dinero:
. ¿Por qué no tenían dinero los niños? – volvió a preguntarme el niño.
. Bueno, porque no. Seguramente porque eran niños. Pero a veces no hace falta dinero para conseguir las cosas. Ten paciencia y ya verás como sigue la historia. Los niños salieron a la calle a buscar unas monedas de oro de hadas. Pasaban por allí unos gnomos que volvían de trabajar en la mina de diamantes. Iban muy contentos exhibiendo las joyas que habían encontrado y haciéndose bromas los unos a los otros. El niño se agachó al paso de los gnomos y preguntó a uno de ellos: “Perdone señor gnomo, ¿cómo podemos conseguir dinero para comprar un catálogo de hadas?”. El pequeño gnomo un poco asustado por el tamaño enorme de los dos turistas del bosque contestó: “En el país de las hadas el dinero lo dan los buenos sentimientos. Hay muchas formas de conseguirlo. Para vosotros la más fácil es recoger unas hojas secas del suelo, ponedlas dentro del bolsillo, y pensad en algo agradable, algo que despierte una sonrisa en alguien cercano a vosotros.” La niña salió corriendo hacia un árbol pequeñito que había cerca de allí mientras daba las gracias al gnomo por su ayuda. Ante el asombro de su hermano, la niña cogió tres hojas secas del suelo, las metió en un bolsillo donde llevaba unas canicas de cristal de colores, cerró los ojos y pensó en el momento en que su papá llegaba a casa cada tarde y después de abrazarle le hacía cosquillas. Metió la mano en el bolsillo y, sorprendentemente, sacó tres monedas de oro de hadas. Su hermano empezó a reír de alegría y apresuró a la niña a volver a la tienda. Esta vez el duendecillo les vendió el catálogo de hadas. Era un libro muy muy pequeño, tan pequeño que se podía coger con dos dedos, y con unas letras y dibujos imposibles de ver a simple vista. Antes de que se fueran el tendero les dijo: “Niños, tomad. Es una nuez llena de polvo de hadas. – y con aire comercial añadió – es un regalo de la casa a unos nuevos clientes.” La niña metió la nuez en el bolsillo del vestido y se fueron muy contentos, auque pensando en cómo descifrarían lo aquel libro microscópico contenía.

A la salida del pueblo la nube que les acompañó ya no estaba, sin embargo el niño vio unas mariposas que conocía de haber jugado en el parque a correr detrás de ellas. Así que decidió seguirlas hasta la salida del país de las hadas, es decir, hasta la entrada del parque.
Llegaron a casa con el libro de hadas, y sin hacer caso al cansancio, se metieron en la habitación de juegos con la lupa de papá. Allí estuvieron mirando las hadas y lo que cada una podía hacer hasta que llegaron al hada del día y al hada de la noche. El niño leyó a su hermana que el hada del día movilizaba un ejército de hadas amarillas, y cuando se abrazaban, formaban el sol. De la misma forma, el hada de la noche hacía que las hadas blancas brillaran en el cielo al anochecer. Algunas por separado eran estrellas, y otras, abrazadas unas a otras, eran la luna. A partir de ese momento la niña dejó de tener miedo a que anocheciera, y cada tarde, salía a la terraza a ver cómo se escondía el sol, imaginando, desde su pequeña altura, que cada brillo que veía era un vuelo de alguna de las hadas que sólo ella y su hermano conocían.

A la mañana siguiente los niños desayunaban en la cocina mientras su papá iba de una habitación a otra murmurando algo que ellos no lograban entender. El niño preguntó a su padre: “¿Ocurre algo papá?” El padre, muy enfadado contestó: “Pues sí. Resulta que iba a salir a cazar mariposas y alguien ha roto mi red. Y cuando iba a mirar las mariposas de mi colección, no he podido porque no encuentro la lupa. – Y añadió mirándoles con cara de abogado – por cierto, ¿vosotros no sabéis nada de esto verdad?” El niño contestó con seguridad en la voz: “No papá. No sabemos nada. Pero tu colección de mariposas ya está completa. No creo que necesites cazar más mariposas.” Aprovechando la regañina, la niña puso un poco de polvo de hadas en la taza del café de papá sin que le viera. Éste, después de tomárselo, empezó a sonreír y olvidó lo que le había ocurrido. Cuando papá salió de la cocina la hermana dijo al niño sonriendo: “Has roto la red del cazamariposas de papá.” El niño dijo: “No podemos correr el riesgo de que cace sin querer un hada.” Los dos se miraron sonriendo y en cada una de esas sonrisas guardaron su secreto para siempre.

- ¿Te ha gustado el cuento? – pregunté al niño.
- Sí. Me ha gustado mucho – respondió cerrando los ojos y los oídos.
- Bueno, si tienes miedo de algo, me lo puedes decir. Quizá podamos solucionarlo.
. No gracias. Ya no tengo miedo – me dijo el niño apretando una nuez que tenía dentro del bolsillo.
- Y por qué no tienes miedo – le pregunté aun sabiendo la respuesta.
- Porque no – y soltó una carcajada.


Y ahora podéis ver algunas de las hadas del catálogo:

24 comentarios:

El antifaz dijo...

... y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Gracias a los niños las hadas existen.

Letizia dijo...

Mis Infantitas tampoco tienen dinero. Les quedan unos años para que les pase Hacienda un sueldazo.

Besos de Princesa

Maricomplejines dijo...

Las hadas son como las meigas: haberlas haylas.

Besos

Anónimo dijo...

Y gracias a la virtualidad y a este cuento yo he podido conocer algo muy importante, la magia, y sabes... algo me dice que magia ERES TÚ.
Gracias, gracias por ser.
Besos, muchos besos

(Dile a la princesa de mi parte, que Hacienda no pasa sueldos, todo lo contrario, te quita cada mes una parte de él... algo sé de impuestos:).Esperemos que para cuando sus infantitas sean mayores, esto sea ya una República (dicho con todo el cariño para ella).

manolo rubiales dijo...

prometo ponerme al día con tus textos, ya voy teniendo más tiempo.
un saludo

Malena dijo...

¡Ay, mi Caballero del Antifaz! Tengo una pena...¡no me he visto en el catálogo y que conste que soy un hada buena...!

Besos, rosas y felicitaciones por el cuento.

Belén dijo...

Entonces ya has acabado el cuento?

Jo, y si te digo que yo quiero mas?

;)

Besicos

Syl dijo...

Mira que yo creo en las hadas y los duendes, pero me ha dado rabia pensar que si el dinero viniese por los buenos sentimientos en realidad, la mayoría de mandamases estarían mendigando...

aún así, voy a hacer la vista gorda a ese pensamiento y seguiré creyendo en la magia...

Besitos.

Mariel Ramírez Barrios dijo...

Pobre del poeta que no halla inspiraciòn para su auditorio màs precioso.los niños
Evidentemente no es tu problema.Un cuento bellìsimo.

mi dijo...

Tengo que venir a instalarme aqui a ponerme al dia...
<3

Clara dijo...

Y gracias a tu cuento las hadas vuelven a existir ... ya quisiera yo tener un poquito de polvo de hadas para ponerle en el café a más de uno.
Un beso.

Jesús dijo...

Inocencia que no podemos permitirnos el lujo de perder.
Polvos mágicos que todos podemos dispersar por nuestro mundo para intentar hacerlo un poco más maravilloso.

Como buen niño, me encanta pensar que las hadas, los gnomos... existen.
Un abrazo

Alimontero dijo...

Me has llevado al pais del nunca jamás... y eso es maravilloso,descubrir que tienes ese don es brllísimo y trasladarme a él lo fue más aún!
Ahora sé que cuento con este recurso, que todo está en mí y que tengo el poder...bueno, en parte lo sé..;-)
Gracias ssñor del Antifaz por esta hermosa re-creación y por re-cordarme, una vez más, que todo está en mí.
Un besote y que tengas una bella semana de Pascua de Resurrección!

Ali

mi dijo...

ay, J! que lindo! ME ENCANTO!!!!
Ya no me da miedo la noche ;)
un besote

Kt. dijo...

.

Me hubiese encantado tener este cuento a la mano cuento mi hija tenía seis años y no le gustaba dormir sola por miedo a la noche, tal vez hubiese ayudado!!!

Gracias mil por tu hermoso cuento.
Besos Anti.

Mr. TAS dijo...

y gracias a letras como las tuyAS...

TORO SALVAJE dijo...

Qué nivel!!!
Extraordinario.

Te felicito.

Saludos.

Silvia_D dijo...

Precioso, gracias, es todo un regalo.

Besos

Calle Quimera dijo...

¿Y dónde dices que está la entrada al país de las hadas...? Ahí me quiero ir yo... Creo que tengo que rectificar en algo mi comentario anterior: sí que hay Edenes si serpiente, este me lo ha parecido ahora que sé de dónde procede el oro de las hadas.

Si el dinero surgiera de los buenos sentimientos en esta otra parte de la línea me parece que estaría totalmente devaluado, habría otra cosa que sirviera como moneda de cambio.

Precioso el catálogo de hadas... Hay muchas en este lado de la línea, sí...

Besos. Las hadas existen porque hay adultos como tú, tenlo por cierto.

Eria.. dijo...

Pues el cuento me ha encantado.. pero el catálogo aún más. Besitos varios.
Que penita lo de Chano.
Besitos varios.

Anónimo dijo...

Gracias por pasar anti, un beso y deseo que estés pasando unas estupendas mini vacaciones.

(Esperando tu próximo relato con muchas ganas, te admiro mucho).

Mariel Ramírez Barrios dijo...

ESTOY AQUÌ
RE-LEYÈNDOTE
Y VEO AL CHANO Y DIGO
ME GUSTA MORENTE
Y TOMATITO,Y...DIOS.EL CORRAL DE LA MORALEJA!)
NIÑO
A VER SI TE SIENTAS Y PRODUCES ALGO NUEVO PARA ESTE FINDE
Y FELICES PASCUAS-

@Intimä dijo...

A mi aunque me tachen de infantil "jeje a mis añitos " me encanta pensar que existen las hadas, y es que ellas se encuentran entre nosotros disfrazadas de personas, en cualquier lugar tenemos alguna que nos hace guardia en el camino, nos ayuda sin que sepamos que estan ahí.
Has visto la película "La educación de las hadas" ??
Te la recomiendo, a mi me encantó.
Un besito.
Pd: El enlace de la película por si la quieres ver.
http://www.cinetube.es/peliculas/online2/la_educacion_de_las_hadas.html

@Intimä dijo...

Yo otra vez, con el enlace que no salío entero.
http://www.cinetube.es/
peliculas/
online2/la_educacion_de_las_hadas.html