Mujer tenías que ser

Rebelde. Con sólo seis añitos eres más rebelde que un ejército de poetas. Tu rebeldía consiste precisamente en tus enormes poemas; como aquellas lágrimas que dibujaste al sol del horizonte, y que eran la pena de tener que dormirse sin poder si quiera ver la preciosa cara de la luna. Todo es posible en tu mente libre de ataduras. Tu rebeldía son los comentarios que me hacen ver que no hay secretos entre tú y yo; que entiendes lo que los viejos no entienden; que parece que caminaste más en seis años, que tu padre en seis veces seis. Valiente eres por ser mujer seguramente. La más cobarde de las mujeres (de las que lo son) siempre será más valiente que el más valiente de los hombres. Si fueras una de las madres de la plaza de Mayo, serías una pancarta de revolución eterna. Si fueras modelo de pasarela, serías la risa de la anorexia. Si fueras ya mujer, no serías más mujer de lo que eres, aunque te pasearás por el mundo con tu eterna infancia pintada en la preciosa cara que los dioses te regalaron. Madre de juguete de tu hermanito. Siempre me pareció que eres tú quien me cuenta una historia a mí antes de dormir, y no al revés, porque me dejas, con tu beso, soñando con castillos e historias imposibles, fácilmente alcanzables. No estaré cuidando que nadie rompa tu sueño de princesa de cuento, por si acaso soy yo quien lo rompe, y porque no hay lugar para reyes en tus sueños; porque los sueños son tuyos solamente. Haré, si tengo fuerzas, lo que tú me pidas. De las mujeres que conozco, que amo, eres la más pequeña y la más grande; capaz de llenarme el corazón y dejarlo vacío:
Cuando sonríes se abren las puertas de mi paraíso.
Los dientes que tu risa dejan ver, son para mí una galaxia de alegría.
Tan pequeña eres y tan grande te veo,
Que cuando sonríes, el otoño florece como primavera,
Y cuando sonríes, el invierno se baña en la playa del verano.

Niña chica, niña valiente,
Que cada día del año me enseñas con tu risa
Los globos de tus escasos cumpleaños.

Niña chica, niña rubia,
Que tu sonrisa dibuja los besos que dejo de darte
Que tu sonrisa es el nervio de mi alma.

Cuando sonríes das calor a mi helada sangre.
Despejas la tormenta que me ahogaba, y te la llevas donde no la veo.
Tan pequeña eres y tan grande y poderosa te veo,
Que cuando sonríes, cantan los coros en las iglesias su aleluya,
Y cuando sonríes, el invierno de tu padre se baña en la playa del verano.

Niña chica, niña preciosa,
Que amanece por tu culpa y la luna llora por ti
Que ríe el sol triunfante de tu sonrisa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace un puñado de años, alguien con experiencia en estas lides, me dijo: "Cuando tengas un hijo sabrás lo que es el miedo...", y no voy a decir yo que no estuviera en lo cierto, pero no me habló de los besos con sabor a lacasito de chocolate blanco o los lametones de chocolate negro, de los poemas subrealitas e inventados al ir a comprar el pan, de las sonrisas blancas,amarillas, naranjas,...de las cuerdas locuras, de los abrazos inesperados, de las excusas inventadas cuando no hay nada que excusar pero que se dicen por si cuelan, de los garabatos que evocan historias de coches, princesas y sueños mágicos y maravillosos,...

Carmen Palacio dijo...

Uf!!! qué bonito me han dado deseos de salir corriendo a donde está mi chiqui y decirle por n-esima vez lo mucho que la quiero. Prometo que desde que nació mi hija soy mejor persona y quizás haya aprendido hasta valorar los minutos que nos da la vida. A veces le pregunto cómo podíamos vivir sin tí?.
Ella me ha dado los momentos más felices de mi vida, me ha enseñado a tener paciencia, a dar G a Dios todos los días por verla crecer sana, a ser más sensible con los problemas de los niños en este mundo tan injusto, a compartir, a reir con sus ocurrencias, a aprender con su lógica.
Además me ha enseñado a valorar lo mucho que nos quiere mi madre que preferió renunciar a vernos todos los días para que fuesémos capaces de decir por nosotras mismas, de saber escoger lo bueno o lo malo pero sin imposiciones. Siempre recuerdo sus palabras en el aeropuerto cuando nos despedimos que me dijo "hija sino miras hacia delante nunca podrás ayudar a los que vienen detrás". Gracias mami por tu amor y por tu sacrificio.

Juanma dijo...

Que bonito, me han dado ganas de ser papa y todo , jeje, Pero Neli no esta aun por la labor

Abog. Eugenia Bavaro dijo...

Esta es una de las cosas más dulces que he leido en mi vida.