Senyor Pablo


Barcelona es como una mujer: Si te gusta la primera vez que la ves, no se te olvida nunca, y siempre quieres volver a ella. Pinos enterrados en arena: calor suavizado. Palmeras sobre fondo azul. Dos azules dos: mar y cielo. Esencia mediterránea. Barcelona es así: latina y libre, unida y única, cabal y catalana, alegre y si me lo permites, andaluza, femenina y feroz, encantadora y encanto.

Entrar en un rincón de Barcelona a cenar puede ser una aventura sensorial. El restaurante Senyor Pablo es un escondido sitio en esta preciosa ciudad dónde se cena a la luz de una vela que amarillea un agradable ambiente lleno de sensaciones; la luz artificial casi no se aprecia. Para el oído, No llores por mí Argentina. Para la vista, ese verde confundido con el brillo marítimo que aporta un aspecto de pueblo costero que te quieres quedar a vivir allí. Un ventilador de tres enormes aspas colgado del techo, como castigado a trabajar, no termina de olvidar la sensación de calor, pero aligera el camino del sudor y lo refresca. En la puerta del paraíso debe haber uno de esos en verano, para que se sepa dónde estás entrando. Para el gusto, comida con ajitos fritos, y todo lo que la cocina catalana aporta de magia al paladar hambriento de sabores nuevos. Y de postre café amargo (poco dulce). Camareros argentinos y cubanos, esa raza simpática y sometida que no se quita la música de encima ni para preguntar si le gustó la comida.

Cuando el chocolate entra en la boca, la mujer, Barcelona, te besa. El café amargo se disfrutó y se olvidó. El beso no dura todo lo que tú quieres que dure. Gracias. Estuvo perfecto. Un paseo salado y rápido te lleva al hotel. La luna llena se asoma otra vez detrás de un viso de nubes horizontales que son las líneas que esa mujer se pinta en los ojos para estar guapa. Ducha. Cama. Sueños. Barcelona: esa mujer vestida con la ropa del mar. Volveré a sumergirme en tu rambla multicultural, a hundir el paladar en casa del Senyor Pablo, a dejar que me abraces como abrazas a tus barcos. ¡Qué pedazo de mujer!

15 comentarios:

Dátil dijo...

Pues,
yo no he estado nunca en Barcelona.
Todo se andará.

Precioso texto.

Por cierto, era gordita la mujer?
Porque mira que es grande Barcelona no?
;)
Besos.

Kt. dijo...

Que me recuerdas que a pocas horas de mi "Ciudad Jardín" las costas Aragüeñas son una belleza y que poco las disfruto...!
No hay un señor Senyor Pablo y tal vez nunca las he visto con labial y vestidos, pero vaya que me las has recordado...
Siempre tú... Recordando, recordando.

Besos Anti (de cariño).

El antifaz dijo...

COBLENZA: Gracias por asomarte. Te recomiendo que vayas. ¿que si era gordita?:
Sí era gordita. Gordita y ligera como la vela de uno de sus barquitos. Gordita y fresca como una de sus manzanas. Gordita y tierna como casa Senyor Pablo. Gordita y bailaora de rumba catalana. Gordita porque engorda con mis piropos. Gordita y libre como su lenguaje propio. Gordita y redondita como una de sus plazas. Gordita y preciosa. Fíjate si era gordita, que más que una ciudad me pareció un universo.
Un beso.

Kt.: Me alegro de evocar recuerdos, y si son buenos recuerdos tanto mejor.
Un beso Kt (de cariño).

Anónimo dijo...

Creí que Barcelona me tendría que conquistar a la fuerza. Cuando llegué por primera vez; esa mujer vestida con ropa de mar abrió mis ojos jóvenes y cerrados...En realidad abrió todos mis sentidos.

Pese a ciertos perjuicios rancios, pasaron pocos minutos cuando entre ella y yo surgió el amor a primera vista, y, en ese barquito velero, ella es mi segunda de abordo.

Mujer que adorna su pelo con una peineta sagrada, tan parecida esa imagen a la de aquella mujer que generosamente me dejó marchar.

Mujer con carácter de marcados contrastes, gótica y modernista; sofisticada y sencilla; mar y montaña...

Cobijo de ejecutivos y bohemios que caminan juntos por sus calles marcando al compás el latido de un corazón que bombea sangre de todos los colores.

Antifaz, si vuelves con más calma y tiempo, nos tomamos ese café amargo (poco dulce) en el Parc Güell

GRACIAS

El antifaz dijo...

ALMUDENA: ¿la has visto sonreir? Cuando sonrie cambia el color de tu pensamiento, aflora la música en una de sus paradas, se asoma una estrella más temprano de la cuenta para mirar cómo se encienden sus ojos. Cuando sonríe me brotan poemas - ay si supiera hacerlos bien - que encadenan recuerdos con esperanzas, me desvela su sonrisa blanca de dientes blancos y blancas carcajadas. Qué rico el café negro entre tanto blanco.
Sabía que te gustaría.
Un beso.

Anónimo dijo...

Barcelona, es una de mis cuidades favoritas: gran urbe y con playa.

Kt. dijo...

Anti que estoy que bailo la canción jajajaja (para ti) tengo una sonrisa de oreja a oreja... Me gusta, me gusta... Que bien este accesorio en tu blog...

Besossssss

El antifaz dijo...

à.matía, DE SANTANDER: Santander no debe estar mal. Te debo dos visitas: a tu página, y a tu ciudad. Gracias por pasar por aqui.

Kt.: Baila, baila, pero cuidado con las horas de baile, que despiertas a la piojita.
Un beso. Ríe, Ríe

Kt. dijo...

Jajaja que si despierta sigue bailando conmigo jajaja aunque ella tiene dos pies izquierdo para estas habilidades jajaja Poechita!
Besos..

Rubichy dijo...

Hoy he cogido el "dia a dia" y leyendo el artículo de Senyor Pablo,no he podido evitar emocionarme..Barcelona,mi preciosa tierra,allí está mi família,mis amigos,mi ambiente...nadie nunca me había hecho aflorar mis sentimientos de esa forma tan brutal,nadie me había comparado mi ciudad natal con una preciosa mujer..Llevo cuatro años en Martos,mi ciudad de adopción,pero jamás olvido mi tierra,mis costumbres,mis raices,ese olor tan caracteristico.Gracias José por haberme hecho hoy un poquito mas feliz. Rubichy.

Rubichy dijo...

Hoy he leido el "dia a dia" y cual ha sido mi sorpresa cuando he leido su articulo llamado Senyor Pablo.
He de decirle que jamás nadie me había hecho sentir esa explosión de sentimientos al leer como habla de mi tierra,mi ciudad natal,aquella que está tan lejos y tan cerca,Barcelona...donde está toda mi familia,mis amigos,mi ambiente..
Hace cuatro años que llegué a Martos por traslado laboral,y aunque esta tierra también me ha cautivado no puedo olvidar el olor de mi Barcelona,el color de esa ciudad cosmopolita...mi ciudad.
Gracias José (permitame el tuteo) por haberme hecho hoy un poco más feliz con su artículo.

El antifaz dijo...

RUBICHY: Para mí es un placer unirme a Barcelona desde Martos; así que entiendo que para tí lo sea unirte a Martos desde Barcelona. Derribar barreras, mentales también, es mi objetivo. Acercar distancias, mi sueño.
Gracias. Un beso... Siempre serás bienvenida a este sitio.

BELMAR dijo...

;)

Anónimo dijo...

a mi barcelona no me gusta... solo me gusta en un aspecto, como se viven ciertas cosas como el bboying , la musika, la libertad...
pero su gente no suele ser de agrado personal...

El antifaz dijo...

Pero hombre/mujer Anónimo. Si los catalanes son de lo mejorcito que tenemos en este país lleno de paises pequeñitos. Si los andaluces tuvieramos un poco de "amor propio", nos iría de otra forma.
No sé; siempre hay de todo. A mí, en general, me caen bien.
(aunque aprovechando que no nos oye nadie, un poco prepotentes si que me parecen a veces).
Saludos, y ponte un nombre joder, que anónimo es mu triste.