Ecuaciones de primer grado



Cuando era niño tenía una capacidad enorme, exacta, para resolver ecuaciones, problemas y puzzles que se presentan en la vida. Yo era el niño extraño que decía que le gustaban las matemáticas. Yo volvía solo a casa desde el colegio, caminando por una selva de zarzamoras que hoy eran acorazados de la marina americana y mañana serían las gradas de un campo de fútbol. Mi ecuación de primer grado estaba anoréxica; casi todos los niños que había cuando yo era niño tenían escrita su ecuación de primer grado en la carpeta. La igualdad de la expresión se cumplía para todos, pero no para mí. Hasta que un día, a causa de no sé qué – pues las matemáticas se limitan a resolver problemas sin entrar en provocaciones – la inecuación se vino a mí y escribió en la pizarra de mi memoria otra fórmula. Le di una patada al refranero español, y arranqué la hoja donde dice “madre no hay más que una y a ti te encontré en la calle”; quizá ella reinventó el “cría cuervos…”, y la ecuación cambió de forma.

Como era matemático puro. No me costó trabajo despejar la nueva incógnita. Podría haber usado el método de sustitución, pero no hubo nadie que al ponerlo en el lugar de la variable anterior cumpliera la expresión. Intenté el método de igualación, pero vi que nada era ya igual a lo anterior, que la ecuación tenía una gráfica distinta a una línea recta. Finalmente la resolví por reducción (ahora creo que al absurdo); despejé la equis que correspondía a mi padre, y ajusté los parámetros necesarios en la otra parte para que la igualdad fuera cierta. Y aprobé el examen. Mi padre fue mi padre, mi madre y mi álgebra entera. Y como me iba bien, disfruté tanto que hasta Pitágoras me parecía un inútil.


Ahora que el tiempo me ha pervertido, contaminado y ha llenado de impurezas la fuente que yo veía de agua clara, me siento incapaz de tratar una ecuación por sí sola. No puedo, como cuando era niño, obviar la física, la química y la geometría imposible que la rodean. Para cualquier expresión de primer grado hago sistemas matriciales, trazo parábolas en el tiempo, y no encuentro la solución. Quizá por eso empecé a escribir; para olvidar que las matemáticas no son siempre exactas.

35 comentarios:

Belén dijo...

Pues chico, no desesperes, creo que nunca una ecuación se resuelve solo con las matemáticas... como bien dices la química dice mucho ;)

Serás un gran matemático, sin duda, yo confío en ti :)

Besos

Kt. dijo...

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2+2 (no siempre) es 4 excepto en las matemáticas mi querido Anti (de cariño)... cuando estudiaba ingeniería se me daba mejor aplicar las matemáticas en la universidad de la vida, luego que me gradue en Salud, parece que me funcionan más en la profesión.

No es que sea yo muy buena en esto, pero si te dejas...

...voltearemos patas pa'rriba y patas pa'bajo la ecuación que es la vida, despejaremos la incognica del destino, daremos exactitud a los sentimientos y sino podemos, lo dejamos como está que de matemáticas ya estarás tu harto, mi señor de ciencias puras y letras depuradas!

Besos de domingo, nene :)

Kt. dijo...

Y no te dije que esa canción no se parece a ti, o al menos a lo que conozco de ti.... igual me gustó :)

MORGANA dijo...

Un matemático que no es también algo de poeta, nunca será un matemático completo...K.W.
lo números por si sólos son muy fríos, las fórmulas, uffff, con mi ignorancia, imposible.
me gustan las formas, eso sí, el triangulo, imaginaba un mundo de formas geometricas, pero siempre le faltaba algo, hasta que llegaron los fractales y le dieron ese puntito loco.

el nombre... dijo...

estoy de acuerdo con Morgana: un matematico sin poesía, no sería un verdadero matemático.

Las ecuaciones matemáticas tienen su romanticisismo....(no es ironía!)

Bien, explícame: no entendí la pregunta en mi "ellos y nosotros"....


Besos

Patry dijo...

A mi nunca me gustaron las ciencias puras.....siempre me gustaron la historia y la literatura. No me gusta comprender fórmulas: me gusta comprender a las personas.

Creo que tu vales para todo Antifaz: matemáticas, física, poesía,que más da...puedes ser lo que quieras.

Un abrazo!!

mi dijo...

Si la vida fuera tan exacta como una ecuación matemática ya yo me hubiera pegado un tiro.. prefiero añadirle 343545 variables que hagan impredecible e inesperado el resultado.. ya que nada es imposible, a pesar de las barreras.. o los pensamientos.
Besos multiplicados por mil, al cuadrado.

IMAGINA dijo...

Ni siquiera sé lo que es una ecuación matemática, pero leyéndote veo en tus líneas semejanzas con mi natural sopa de letras.

Paco dijo...

Me he quedado anonadado con tu literatura matemática pero, cuando he llegado a los comentarios bajo cuya escalera estoy, es cuando he perdido la noción del tiempo.
Vendré más por aquí, este lugar es interesante.

Lágrimas de Mar dijo...

no había manera, no me gustaban las matemáticas, soy más de letras

besos para ti

lágrimas de mar

Mucha dijo...

Como siempre tu blog me atrae me gusta...
Gracias muchachito por tus palabras y por seguirme.
Ahora soy otra mujer alguien diferente que escribe de otra manera
besos inmensos para vos

@Intimä dijo...

No son exactas claro que no las
matemáticas de la vida no siempre dan el resultado esperado.
Besitos.
Pd: A mi lo que se me daba mal era la gráfica y la que más me gustaba era la reducción jeje ays que recuerdos.

Calle Quimera dijo...

Soy un mal matemático y los números de la vida jamás he logrado ordenarlos y todavía menos entenderlos.Fíjate,yo siempre he creido que 1+1=3.SALUD¡¡¡

Borrasca dijo...

Antifaz de Baldor, das para todo definitivamente, debe ser por eso que me gustas tanto.

Un beso matemático

Reina Letizia dijo...

Las matemáticas, con todas las ecuanciones incluidas, sólo sirven para suspender. Mi Leonor ya me trajo el primer suspenso en mates.

Besos de Princesa

el nombre... dijo...

te dejé respuesta en mi post "ellos y nosotros"...

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Tu ecuación con dos incognitas? no, lo que ocurre es que la X y la Y tienen el mismo valor en este caso...el error no estaba en la ecuación sino en el planteamiento...errores de la vida... tu por suerte tiene un padre doble... en muchos casos, y en el tuyo en particular la "diferencia" confirma la regla...Te entiendo. UN abrazo

El antifaz dijo...

Os explico un poco más acerca de este post. En matemática y en filosofía, creo, a las contradicciones las llamamos paradojas.
Esta una paradoja, que contradice mi filosofía. Usé términos matemáticos por esa relación imposible que entre la exactitud y el caos tratan de explicar los números.

El planteamiento es:
1. Dice Espido Freire: "No se deja de hablar de los dolores hasta que no se han resuelto". Yo hablé sin dolor sobre mi infancia.
2. Dice Angel González (poeta recientemente muerto) para explicar como el hombre se pierde: "... lo mismo que una hormiga que no sabe salir de la rama de un árbol en el que se ha perdido". Quizá me perdí al abandonar sin querer la infancia.

Y la paradoja: Si no me duele, ¿por qué cuando me pierdo lo recuerdo?

Gracias a todos por comentar.
Saludos

Syl dijo...

Mira que siendo de ciencias...se me ha resistido del copón tu ecuación...Dudo yo de que sea de 1er grado!!!!!!!!!

Ahora leo aquí tu explicación y la entiendo un poco más...y pienso que estás confundido en algo...y es que recordar no es sinónimo de doler...y tú por lo visto, cuando te pierdes, recuerdas...pero ya sin dolor...(o eso parece).

besitos.

Anónimo dijo...

Yo no se, o no recuerdo nada de lo que aprendí de ecuaciones, en general, las matemáticas fueron mi enemigo público toda mi infancia.

Pero si que puedo entender de cerca, aunque no directamente, esta ecuación que has planteado.

A veces viene una ecuación olvidada y superada y nos araña el alma, cuando menos lo piensas o esperas. El por qué se escapa a toda explicación matemáticamente lógica.

Una posible solución a esa ecuación es, como tú dices, el algebra y sus descendientes.

Besos cercanos, me ha gustado especialmente este post.

Azul dijo...

La vida es una constante inexplicable...la incógnita, somos nosotros y sigue dando vuelta la rueda....

Bikiños, joven antifaz ;)

Kt. dijo...

Cuando se tienen alterados los propioceptores nocivos (receptores del dolor), se puede vivir sensiblemente indoloro. Existe el estímulo (dolor), más no lo sientes, no lo ves!

Es como el que llora sin derramar lágrimas... su lamento va por dentro aunque no lo exteriorice y no quiere esto decir que sufra menos que otros.

Y... si se puede llorar sin lágrimas ¿Por que no puede existir heridas indoloras?

Paradójico, no?

Besos mi querido Anti (de cariño)

Mr. TAS dijo...

el factor humano altera el producto!

Anónimo dijo...

Yo soy nuevo en esto de los blogs. Aún ni empiezo el mío. En lo que estoy 100% contigo es en esta especie de necesidad de "exorcizar" el pasado, de arreglarlo de alguna manera. Con ecuaciones, con oraciones o con revoluciones... todo es al fin y al cabo lo mismo: un balón de oxígeno para seguir respirando, un "tutor" (del de las plantas, ya sabes), para seguir creciendo. Un abrazo muy fuerte.

Elisa dijo...

Me uno al grupo de los negados para las matemáticas,...sólo sé que son buenas para sumar alegrías y restar penas...¿ecuaciones?, ¿eso que es?...En cuanto al tema de fondo tengo el mismo punto de vista que en la cuestión de la memoria histórica : hay que saber qué pasó para intentar que no se repita ,pero no para guardar rencor.

Triste el fondo, inteligente y sútil la forma.

Un beso

Elisa dijo...
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Nochestrellada dijo...

Puede que en ese no dolor, se halle escondido o reprimido algo que no deseas recordar...
la memoria tiene extrañas formas de presentarse...
pero siempre está ahí...

un beso

Patry dijo...

Hay algo para tí en mi blog....!!!!

mi dijo...

Vengo a dejar un besito en el viento... con alas, como los ángeles.

Sureña dijo...

Yo siempre he sido bastante pésima para los números, lo justo para aprobar, a veces un poquito más, pero de ahí no pasaba. Siempre he pensado que donde estén las palabras..., ó al menos, la combinación de las ciencias...

Besos

El antifaz dijo...

Bueno. No sé qué contaros para acabar con el post. Alguna vez que otra he intentado usar la matemática en términos de metáfora. Esta vez creo que lo conseguí, aunque la ecuación no se resuelva.
Soy de ciencias. Es mi ciencia recolectar palabras y ordenarlas formando nuevas geometrías. Sólo pretendo que me guste a mí.
Lo que si es cierto es que me desnudo la cara cada vez que escribo.
Las ciencias no serán exactas, pero no me dejan mentir. Son mi religión, y las letras mi condena.
Gracias a todos por comentar.
Besos.

Con un par de tacones dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Con un par de tacones dijo...

Apuesto a que tras llegar a la conclusión emprírica de que las ecuaciones no son los arcanos que inicialmente parecen, que las matemáticas no son siempre exactas y que una X y una Y cambian de significado según se las utilicen en matemáticas, lengua o genética, te quedarías vacío.

El vacío es un cero. Un cero que potencia el propio vacío.

El exponente necesario para que el resultado de cualquier potencia de base distinta a cero sea uno.

Del vacío creamos.. Y tú eres poesía atemporal, hipérboles del recuerdo, parábolas en el tiempo, vectores en el espacio y sensaciones perennes en las mentes que nos abandonamos a tu lectura.

Un beso elevado a cero. Un taconazo que tiende a infinito.

El antifaz dijo...

TACONES:
Tus palabras son exponenciales.
Matemáticamente musicales.
Musicalmente ordenadas.
Ordenadamente rítmicas.
Ritmo de tus tacones
Que acompasan tus caderas.

Gancho que me lanzas.
Gancho que cojo.
Tacones que tienden a infinito.
Que ya no sé ni lo que digo.

Un beso. Un taconazo.

Con un par de tacones dijo...

Me gusta que pierdas la noción del lenguaje de vez en cuando. Me encanta ser yo la que te la haga perder.

Es sin duda algo especial cuando después de haberlo dicho todo, uno se deja llevar por la ondulación que las palabras producen en el intelecto. Es alsí así como un éxtasis lingüístico, una liberación de la expresión que no deja de comunicar, pero respondiendo a una musicalidad matemática; a un orden rítmico. Palabras que enganchan mientras te engancho entre el ritmo de mis tacones cuando se acercan...

Un beso. Un taconazo.